El componente lírico del flamenco y más. Delirios de un domingo por la tarde.

Haciendo algo de trabajo “sucio” en el despacho con mi música de fondo, me dio por reflexionar sobre un aspecto totalmente infravalorado del flamenco, su componente lírico-literario, y procedí a publicar una pequeña entrada en Facebook, pero me puse a escribir y la cosa se me fue de las manos, por lo que me dio por crear este Blog en el que espero no aburriros mucho.

Tenía ya ganas de escribir, atrás quedaron los tiempos en los que colaboraba en distintas publicaciones flamencas, pero la escasez de tiempo me hizo dejar a un lado esta afición.

Bueno, seguimos a lo que íbamos,   ¡qué letras más bonitas hay en el flamenco! ¡Qué difícil es elegir una buena letra!

No es lo mismo cantar una letra que otra, por lo que debemos premiar tanto  el continente como el contenido, sin olvidarnos de que el  cantaor lo  tiene muy difícil, tiene que elegir bien la letra, meterse dentro de ella y trasmitírnosla, y después nosotros debemos detenernos ante el mensaje, valorarlo, creérnoslo y sensibilizarnos con el mismo. Si esto se consigue se crea esta conexión, esta inexplicable armonía que te hace sentir cosas distintas, algo a lo que jamás llegarán otras músicas.

Los que no conocen el flamenco lo toman como sinónimo de la pena, del llanto, del “ay ay ay”, ello por su marcado espíritu romanticista, pero en el flamenco como en los demás aspectos de la vida, tenemos momentos amargos y dulces, tristeza y alegría, y su temática es tan rica como dispar. Historia, traición, soledad, sueños, viajes, amor, hambre, trabajo, muerte, victoria, tradiciones, belleza, política y sociedad, sátira, viajes…

Si  debemos valorar esta “elección de buenas letras” con el trabajo posterior expuesto anteriormente, debemos premiar aún más la creatividad, la originalidad,  por lo que debemos rendirnos a “poetas con compás y quejío” (tres en uno como el lubricante) como José Ruiz Rosas “ El Chino de Málaga” y Luis “el de la Pica” entre otros, a los “adaptadores” como  Enrique Morente o Juan Peña “el Lebrijano”  y a “genios en la oscuridad”, grandes letristas que han revolucionado en flamenco sin hacer ruido como Juan Antonio Salazar.

A raíz de esto os dejo esta letra que saqué el otro día:

Si lo que canto lo siento,

Qué más da que a mí me falte,

Estudio y conocimiento,

Se compensa con el ángel, la raza y el sentimiento.

Soleá por bulerías.